
La sal para lavavajillas es un producto muy útil para eliminar los residuos de cal del agua de entrada, y se encarga de regenerar las resinas que se encuentran alojadas en el descalcificador interior del lavavajillas.
Si no tienes claro por qué deberías utilizar este complemento, en este artículo, vamos a contarte cuáles son los beneficios de utilizar sal de lavavajillas, y cómo has de emplearla.
Índice
¿Cuáles son los beneficios de utilizar sal en el lavavajillas?
La sal para lavavajillas es un producto específico para emplearse en estos electrodomésticos, y se caracteriza por contener en su composición unos agentes antiapelmazantes, que evitan que pueda convertirse en una masa sólida, y que el agua se endurezca.
Entre las principales ventajas de usar sal para lavavajillas, podemos destacar las siguientes:
Ablanda el agua del lavavajillas
La sal para lavavajillas permite ablandar el agua, es decir, se encarga de contrarrestar la cal que contiene. Lo ideal es que el lavavajillas funcione con agua blanda, ya que, mientras más dura sea, en mayor nivel se puede llegar a perjudicar al funcionamiento del lavavajillas.
Además, la cal ocasiona manchas indeseadas sobre la vajilla y demás utensilios de cocina, y puede llegar a dañarlos.
Proporciona sodio a las resinas de intercambio iónico
La sal para lavavajillas se encarga de proporcionar sodio a las resinas de intercambio iónico del lavavajillas que se hallan en el suavizante, de manera que el sodio las regenera y trabajan para atraer y captar los iones de magnesio y calcio, que tienden a provocar que el agua se ponga más dura.
Evita el bloqueo de la unidad suavizante
La sal para lavavajillas cuenta con unos gránulos que son mucho más grandes que los de la sal regular, de tal modo que se disuelven lentamente. El grosor de la sal es relevante ya que, en el caso de que fuesen mucho más finos, la unidad suavizante podría llegar a bloquearse.
¿Cómo se emplea la sal en el lavavajillas?
Si quieres que la sal para el lavavajillas sea eficaz, debes asegurarte de utilizarla correctamente. En primer lugar, añade la sal antes de poner la máquina en marcha. Para ello, identifica el depósito que, habitualmente, se ubica en la base del lavavajillas. Te será más cómodo manipularlo si retiras primero la bandeja.
Cuando localices el depósito, desenrosca la tapa y llénalo con sal ayudándote de un embudo. Ten en cuenta que, si es la primera vez que vas a usar el lavavajillas, primero debes llenar el depósito de agua y luego añadirle la sal. Hecho esto, observarás a medida que añadas la sal que el agua rebosa, pero no debes preocuparte.
Cuando veas que el depósito está lleno, cierra bien la tapa y, si no vas a utilizar el lavavajillas en ese momento, lo recomendable es realizar un ciclo de prelavado con el fin de eliminar los restos de sal que puedan haber quedado en la cuba.
La presencia del agua salada en el interior del descalcificador regenera las zeolitas encargadas de ablandar la dureza de la cal, y permite el intercambio de iones de calcio y magnesio por los cationes de sodio. Por esto, es importante revisar periódicamente el depósito de sal, y recargarlo cuando sea necesario.
Actualmente, los lavavajillas incorporan un indicador que te avisa de la falta de sal en su sistema. Por tanto, te resultará fácil saber cuando has de reponerla.
¿Qué sal lleva el lavavajillas?
La sal para lavavajillas es Cloruro Sódico y, si bien esta posee la misma base que la que se emplea para cocinar, no es lo mismo, y no se puede aplicar la sal convencional para el lavavajillas.
Hay que usar únicamente productos específicos, que se consiguen fácilmente en la sección de droguería de los supermercados. Y sin duda no tienes por qué usar la más cara.
Recomendaciones para usar la sal para lavavajillas
Al usar sal para lavavajillas, es importante tener en cuenta algunos consejos, entre los que se pueden resaltar los siguientes:
- No usar sal gruesa o sal marina, sino una sal específica para lavavajillas, ya que las primeras contienen carbonato de hierro, lo cual puede llegar a incrementar la dureza del agua y dañar el lavavajillas.
- Es importante conocer el nivel de dureza que tiene el agua de tu localidad, ya que, en función de estos valores se deberán tomar las medidas necesarias para ablandar el agua.
- Si el agua tiene menos de 16 mg/l de cal, se puede usar el lavavajillas sin sal, aunque sería interesante considerar aplicarlo igualmente a modo de prevención.
- El nivel de dureza de la sal de lavavajillas debe ser de unos 38º para que sea efectiva. Sin embargo, es importante cerciorarse de los consejos del fabricante de tu modelo de lavavajillas en concreto.
También es interesante recalcar que la sal para lavavajillas no se emplea directamente para alterar la dureza que tiene el agua, sino que sirve para ablandar el agua, puesto que los lavavajillas vienen con un descalcificador incorporado.
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